Clave para un cuidado personalizado

Conoce las ecografías esenciales para el bienestar de tu bebé y tu salud durante cada etapa del embarazo.

E1: Screening combinado de aneuploidias, malformaciones mayores y preeclampsia

E2: Ecografia morfológica detallada con screening de parto prematuro espontáneo y disfunción placentaria

E3: Biometría y flujometría fetal

Screening del primer trimestre

Entre las semanas 11 y 13.6 se evalúan enfermedades cromosómicas, como trisomías (trisomía 21 o síndrome de Down, trisomía 18 y trisomía 13) y alteraciones en cromosomas sexuales (síndrome de Turner, síndrome de Klinefelter), siendo estas últimas más leves.

Todas las mujeres tienen un riesgo de tener un bebé con trisomía, que aumenta con la edad y ciertos marcadores detectables entre las semanas 11 y 13.6. El diagnóstico prenatal requiere pruebas invasivas como biopsia corial o amniocentesis, que conllevan un pequeño riesgo de pérdida del embarazo (1 en 500). Estas pruebas se recomiendan solo para mujeres con un riesgo alto (mayor a 1 en 100). Esta prueba tiene 3 componentes:

Bioquímica sérica

Es un análisis de sangre que se realiza entre las 11-13.6 semanas para medir la concentración en la sangre materna de dos hormonas que produce la placenta (PAPP-A y free beta-HCG).

Ecografía especializada

Entre las semanas 11 y 13.6, se realiza una ecografía para evaluar marcadores como la translucencia nucal, el hueso nasal y el flujo sanguíneo en el corazón y ductus venoso, que pueden alterar la probabilidad de enfermedades cromosómicas en el bebé.

Cálculo de riesgo y asesoramiento

Tras la ecografía, los datos se ingresan en un software de la Fetal Medicine Foundation para calcular el riesgo ajustado de trisomías. Este método detecta cerca del 93% de casos y es realizado por profesionales acreditados.

Evaluación prenatal para un cuidado personalizado

Conocer si tu bebé tiene una enfermedad cromosómica puede ser clave para planificar un cuidado personalizado y multidisciplinario. Esto permite detectar complicaciones a tiempo, preparar a la familia y al equipo médico, e incluso decidir el mejor momento y lugar para el nacimiento.

Entre las semanas 11-13.6, una evaluación detallada también identifica riesgos de cardiopatías congénitas, síndromes genéticos y malformaciones mayores.

Detección temprana de preeclampsia

Mediante ecografías Doppler y otros marcadores, se pueden identificar mujeres con mayor riesgo de desarrollar preeclampsia precoz, una complicación peligrosa que afecta la presión arterial y la placenta. Detectar este riesgo antes de las 16 semanas permite aplicar tratamientos preventivos que reducen el riesgo de preeclampsia e insuficiencia placentaria en un 50%.

Ecografía morfológica detallada (scan fetal)

Con screening de parto prematuro espontáneo y disfunción placentaria precoz.

Diagnóstico de malformaciones congénitas

Durante la ecografía, se examina detalladamente al bebé para detectar malformaciones congénitas mayores, presentes en alrededor del 2% de los embarazos a las 22-24 semanas. Algunas pueden ser graves, pero la mayoría son tratables con cirugía antes o después del nacimiento. La tasa promedio de detección de estas malformaciones es del 56%, según el Estudio Eurofetus.

Examinar el crecimiento del bebé

Durante la ecografía tomaremos muchas medidas de distintas partes del cuerpo del bebé para determinar si el bebé está creciendo normalmente. En los pocos casos en los que el crecimiento del bebé no sea el adecuado, organizaremos ecografías de seguimiento e investigaremos las posibles causas.

Determinar la posición de la placenta

En el 95% de las pacientes observaremos que la placenta está bien ubicada a esta altura del embarazo y no tendremos que preocuparnos más por su localización. En el 5% restante encontraremos que la placenta es ̈baja ̈, es decir que se encuentra cercana al cuello del útero, y necesitaremos evaluar nuevamente su localización durante el tercer trimestre. El crecimiento del útero hace que solamente 1 de cada 5 placentas bajas a las 22 semanas permanezca así cuando volvemos a mirarlas en el tercer trimestre.

Determinar el riesgo de parto prematuro

La mejor forma de determinar si una embarazada tiene alto riesgo de experimentar un parto prematuro consiste en medir la longitud del cuello uterino (llamado cérvix) mediante una breve ecografía transvaginal. No es un estudio doloroso y no representa riesgo alguno para la madre o el bebé. Si encontramos que el cuello uterino se encuentra acortado, realizaremos un seguimiento especial de su embarazo y le ofreceremos distintas opciones terapéuticas tendientes a prolongar el mismo.

Determinar el riesgo de preeclampsia y restricción de crecimiento fetal

La preeclampsia, una forma de hipertensión durante la segunda mitad del embarazo, afecta al 2% de las embarazadas y puede impactar seriamente en la madre y el bebé, incluyendo un posible retraso en el crecimiento fetal. Durante la ecografía, se mide el flujo sanguíneo en las arterias uterinas mediante Doppler, para evaluar el riesgo de preeclampsia severa o restricción del crecimiento fetal. Si se detecta un riesgo elevado, se realiza un seguimiento personalizado del embarazo con controles periódicos. Este estudio se complementa con el screening de preeclampsia realizado en la ECO 1.

Momento en que se realiza: 30-32 semanas

Biometría y flujometría fetal. Screening de disfunción placentaria tardía

La mayoría de los problemas de crecimiento fetal en el tercer trimestre se deben a insuficiencia placentaria. Nuestro programa de screening secuencial en el primer y segundo trimestre detecta más del 80% de los casos antes de las 34 semanas. Para pacientes con riesgo elevado o condiciones preexistentes como diabetes, hipertensión o antecedentes de restricción de crecimiento, se realizarán ecografías de crecimiento desde las 28 semanas para un seguimiento más cercano.

Además de medir al bebé (biometría), evaluaremos la fisiología fetoplacentaria verificando tres parámetros de bienestar: el flujo sanguíneo en el cordón umbilical y el cerebro (y eventualmente en algunos otros vasos fetales), el volumen de líquido amniótico y los movimientos fetales.

En el 95% de las pacientes habremos verificado en la ecografía del segundo trimestre (ECO 2) que la placenta estaba bien ubicada. En aquellas placentas de implantación baja durante dicha ecografía, re-evaluaremos su posición en el tercer trimestre, para detectar lo que se conoce como placenta previa que puede ocasionar sangrado durante el embarazo e interferir con el canal de parto.

La mayoría de las malformaciones son detectables en las primeras dos ecografías (ECO 1 y ECO 2). No obstante, algunos problemas del sistema esquelético, sistema nervioso central, el corazón, del intestino y de los riñones son evidentes sólo durante el tercer trimestre y serían pasados por alto si no hiciéramos esta ecografía. Conocer su existencia nos permitirá planear la mejor estrategia para el nacimiento.

Identificación de pacientes con alto riesgo de problemas placentarios tardíos

En la mayoría de las embarazadas no hace falta hacer más ecografías después de las 32 semanas. Sin embargo, 1 de cada 20 mujeres experimentará disfunción placentaria tardía que puede manifestarse como preeclampsia o disminución del crecimiento fetal en el tercer trimestre tardío. La medición del flujo en las arterias uterinas nos permite identificar a la mayor parte de estas pacientes y ofrecerles una ecografía adicional a las 36 semanas.

Otras ecografías

Ecografia General

– Ecografia de partes blandas
– Ecografia abdominal
– Ecografia de cuello y tiroide

Ecografia urológica

– Ecografia Testicular
– Ecografia renovesicoprostatica

Ecografia Mamaria

Descripción de ecografía Mamaria

Ecografia Doppler

Descripción de ecografía doppler

Ecografia obstétrica 4D/5D

Ecografía con enfoque social que permite ver el rostro y gestos fetales, brindando momentos emotivos para la familia.

Punción/Biopsia bajo control Ecográfico

-De vellosidades coriales
-Punción prostática bajo control ecografico
-Punción mamaria bajo control ecográfico
-Marcación mamaria prequirurgica bajo control ecográfico