Ecografia Obstétrica y fetal

Cuantas ecografías debo hacerme en el embarazo?

E1: Screening combinado de aneuploidias, malformaciones mayores y preeclampsia
E2: Ecografia morfológica detallada con screening de parto prematuro espontáneo y disfunción placentaria
E3: Biometría y flujometría fetal

E1: SCREENING DEL PRIMER TRIMESTRE

Se realiza entre las 11-13.6 semanas. El material genético de cada persona se encuentra dentro de las células separado en 23 pares de “paquetes de genes” o cromosomas provenientes de cada uno de los padres. Las enfermedades cromosómicas más frecuentes son anomalías en el número de cromosomas llamadas trisomías, en las que la todas las células contienen 3 cromosomas de un determinado par en lugar de dos. La más común de estas enfermedades es la trisomía 21 (o síndrome de Down), seguida por otras dos enfermedades más graves llamadas trisomía 18 (síndrome de Edwards) y trisomía 13 (síndrome de Patau). Otras enfermedades cromosómicas relativamente frecuentes afectan al número cromosomas sexuales (síndrome de Turner, síndrome de Klinefelter) y son en general más leves.
Todas las mujeres, independientemente de su edad, tienen un determinado riesgo o probabilidad de tener un bebé con una trisomía. Esta probabilidad aumenta con la edad materna y con la presencia de determinados signos o ̈marcadores ̈evaluables en la ecografía y en la sangre de la embarazada entre las 11 y 13.6 La única forma de diagnosticar prenatalmente si un bebé tiene una enfermedad cromosómica consiste en obtener una muestra de la placenta o del líquido amniótico a través de una punción o prueba invasiva (biopsia corial o amniocentesis, respectivamente ) con la intención de evaluar en el microscopio el número y la estructura general de los cromosomas. Estas pruebas acarrean un pequeño riesgo (actualmente del orden de 1:500) de pérdida del embarazo, por lo que si bien están disponibles para todas nuestras pacientes, sólo las recomendamos en aquellas mujeres con un riesgo alto (mayor a 1: 100).
Para saber en qué caso debería considerarse la realización una prueba invasiva, ofrecemos a todas nuestras pacientes una prueba que se llama screening o cribado combinado. Esta prueba tiene 3 componentes:

  1. Bioquímica sérica: Es un análisis de sangre que se realiza entre las 11-13.6
    semanas para medir la concentración en la sangre materna de dos hormonas que
    produce la placenta (PAPP-A y free beta-HCG).
  2. Ecografía especializada: Entre las 11-13.6 semanas realizamos una ecografía
    donde examinaremos detalladamente algunas características llamadas
    ̈marcadores ̈ (como el grosor de la translucencia nucal, la presencia del hueso
    nasal, el flujo sanguíneo en la válvula derecha del corazón y en una vena del
    hígado fetal llamado ductus venoso) cuya presencia o ausencia modifican la
    probabilidad de que el bebé tenga una enfermedad cromosómica.
  3. Cálculo de riesgo y asesoramiento:
    Una vez terminada la ecografía, se ingresarán todos estos datos en la
    computadora y utilizando un software especialmente diseñado por la Fetal
    Medicine Foundation, calculará su probabilidad personal (riesgo ajustado) de que
    el bebé tenga una de las tres trisomías más frecuentes. Los profesionales que
    realizan estos estudios se encuentran debidamente acreditados por la Fetal
    Medicine Foundation (www.fetalmedicine.org.

Este método de screening es capaz de detectar cerca del 93% de los bebés con problemas cromosómicos.

Saber si su bebé presenta una enfermedad cromosómica puede ser beneficioso para Ud y su bebé, ya que permite planear un cuidado personalizado y multidisciplinario enfocado a la detección temprana de complicaciones específicas.
En algunos casos, permite decidir el mejor lugar y momento para el nacimiento. Asimismo, ayuda a que la familia y los médicos se preparen para la llegada de un bebé que puede tener necesidades especiales. Además de informarnos sobre el riesgo de enfermedades cromosómicas, la
evaluación detallada del bebé entre las 11-13.6 semanas también nos permite identificar si el bebé tienen un riesgo aumentado de algunas cardiopatías congénitas, síndromes genéticos y malformaciones mayores.

Asimismo, mediante el DOPPLER DE LAS ARTERIAS UTERINAS (es un tipo de ecografía) y otros marcadores (Factores de Riesgo Maternos, medición de la Tensión arterial, Factor de Crecimiento Placentario o PIGF), nos permite identificar tempranamente a las mujeres con mayor riesgo de desarrollar preeclampsia de comienzo precoz (la que se produce antes de las 34 semanas).

La preeclampsia es un tipo de hipertensión arterial que ocurre sólo durante embarazo y que está relacionado con un desarrollo anormal de la placenta. En los pocos casos en los que se presenta antes de las 34 semanas, puede ser peligrosa
tanto para el bebé como para la embarazada.

Esta complicación es más frecuente en los primeros embarazos y constituye la segunda causa de muerte materna y una de las principales causas de nacimiento prematuro en nuestro país. Evidencia proveniente de investigaciones recientes sugiere que la única forma de prevenir la preeclampsia en embarazos con alto riesgo consiste en identificar a las pacientes antes de las 16 semanas. Las pacientes con alto riesgo pueden
beneficiarse con tratamientos profilácticos que reducen a la mitad el riesgo de desarrollar preeclampsia e insuficiencia placentaria.

ECO2: ECOGRAFÍA MORFOLÓGICA DETALLADA (SCAN FETAL) CON SCREENING DE PARTO PREMATURO ESPONTÁNEO Y DISFUNCIÓN PLACENTARIA PRECOZ
Momento en que se realiza: 20-24 semanas

Objetivos:
DIAGNÓSTICO DE MALFORMACIONES CONGÉNITAS
Durante la ecografía el profesional realizará una observación detallada del bebé desde la cabeza a los pies, revisando todos los sistemas orgánicos. En alrededor de un 2% de los embarazos, el bebé tiene una malformación congénita mayor evidente a las 22-24 semanas. Estos defectos pueden ser en algunos casos incompatibles con la vida o producir una discapacidad considerable, pero la gran mayoría pueden ser tratados mediante cirugía antes o después de nacer.
La tasa de detección de malformaciones fetales es variable siendo en promedio según el Estudio Eurofetus del 56%.

También se podrán evaluar marcadores ecográficos de cromosomopatías propios del 2o trimestre que nos permiten identificar mayor riesgo de Trisomía 21 o Síndrome de Down (complementario del Screening del 1o trimestre). El sexo fetal se hace más visible en esta etapa del desarrollo por lo que se puede confirmar el mismo, así como algunas raras alteraciones de los genitales.
En todos los casos en los que encontremos un problema, el especialista se sentará con los padres y les explicará la naturaleza del mismo y sus
consecuencias futuras sobre la salud del bebé, así como las opciones terapéuticas disponibles (tanto prenatales como post-natales).

EXAMINAR EL CRECIMIENTO DEL BEBÉ
Durante la ecografía tomaremos muchas medidas de distintas partes del cuerpo del bebé para determinar si el bebé está creciendo normalmente. En los pocos casos en los que el crecimiento del bebé no sea el adecuado, organizaremos ecografías de seguimiento e investigaremos las posibles causas.

DETERMINAR LA POSICIÓN DE LA PLACENTA
En el 95% de las pacientes observaremos que la placenta está bien ubicada a esta altura del embarazo y no tendremos que preocuparnos más por su localización. En el 5% restante encontraremos que la placenta es ̈baja ̈, es decir que se encuentra cercana al cuello del útero, y necesitaremos evaluar nuevamente su localización durante el tercer trimestre. El crecimiento del útero hace que solamente 1 de cada 5 placentas bajas a las 22 semanas permanezca así cuando volvemos a mirarlas en el tercer trimestre.

DETERMINAR EL RIESGO DE PARTO PREMATURO
La mejor forma de determinar si una embarazada tiene alto riesgo de experimentar un parto prematuro consiste en medir la longitud del cuello uterino (llamado cérvix) mediante una breve ecografía transvaginal. No es un estudio doloroso y no representa riesgo alguno para la madre o el bebé. Si encontramos que el cuello uterino se encuentra acortado, realizaremos un seguimiento especial de su embarazo y le ofreceremos distintas opciones terapéuticas tendientes a prolongar el mismo.

DETERMINAR EL RIESGO DE PREECLAMPSIA Y RESTRICCIÓN DE CRECIMIENTO FETAL
La preeclampsia es un tipo especial de hipertensión que se asocia pérdida de proteínas en la orina durante la segunda mitad del embarazo. Suele aparecer repentinamente y se acompaña en muchos casos de un enlentecimiento en el crecimiento del bebé. Esta complicación afecta a 2 de cada 100 mujeres embarazadas y puede tener implicancias serias para la madre y el bebé.
Durante la segunda parte de la ecografía, mediremos el flujo sanguíneo en las arterias uterinas, que son las responsables de llevar la sangre desde la madre hasta el útero y la placenta. Esto lo realizamos durante la misma ecografía transvaginal descrita más arriba en la que medimos el cuello del útero, mediante una técnica ecográfica especial llamada Doppler. Todo el estudio dura unos 2-3
minutos. El objetivo de esta prueba es predecir si Ud tiene un riesgo aumentado de desarrollar preeclampsia severa o restricción de crecimiento fetal. De ser así, realizaremos un seguimiento especial de su embarazo con evaluaciones periódicas del crecimiento y bienestar fetal, así como de la salud materna. Este estudio se complementa con el screening de Preeclampsia que ofrecemos de rutina en la ECO 1 y nos permite personalizar el cuidado de su embarazo.

E3: BIOMETRÍA Y FLUJOMETRÍA FETAL. SCREENING DE DISFUNCIÓN PLACENTARIA TARDÍA. MOMENTO EN QUE SE REALIZA: 30-32 SEMANAS
Objetivos:
EXAMINAR EL CRECIMIENTO DEL BEBÉ
La mayoría de los problemas de crecimiento fetal ocurren durante el tercertrimestre debido a insuficiencia placentaria. Nuestro programa de screening secuencial de preeclampsia y restricción de crecimiento en el primer y segundo trimestre identificarán a más del 80% de las mujeres que tendrán estas complicaciones antes de las 34 semanas. Sin embargo, en las pocas pacientes en las que la placenta deje de funcionar correctamente en forma más tardía, esta ecografía permitirá diagnosticar estos problemas y establecer un seguimiento más
cercano. En aquellas pacientes que presenten un riesgo aumentado de experimentar problemas en el crecimiento del bebé por tener condiciones preexistentes tales como la diabetes, miomas uterinos, enfermedades crónicas (como hipertensión, hipotiroidismo, anemia severa, colagenopatías, etc) o tengan antecedentes de restricción de crecimiento en un embarazo anterior comenzaremos con las ecografías de crecimiento desde las 28 semanas.

b) EVALUAR EL FUNCIONAMIENTO PLACENTARIO Y EL BIENESTAR FETAL
Además de medir al bebé (biometría), evaluaremos la fisiología fetoplacentaria verificando tres parámetros de bienestar: el flujo sanguíneo en el cordón umbilical y el cerebro (y eventualmente en algunos otros vasos fetales), el volumen de líquido amniótico y los movimientos fetales.

c) DETERMINAR LA POSICIÓN DE LA PLACENTA
En el 95% de las pacientes habremos verificado en la ecografía del segundo trimestre (ECO 2) que la placenta estaba bien ubicada. En aquellas placentas de implantación baja durante dicha ecografía, re-evaluaremos su posición en el tercer trimestre, para detectar lo que se conoce como placenta previa que puede ocasionar sangrado durante el embarazo e interferir con el canal de parto.

D) DIAGNOSTICAR MALFORMACIONES DE PRESENTACION TARDIA
La mayoría de las malformaciones son detectables en las primeras dos ecografías (ECO 1 y ECO 2). No obstante, algunos problemas del sistema esquelético, sistema nervioso central, el corazón, del intestino y de los riñones son evidentes sólo durante el tercer trimestre y serían pasados por alto si no hiciéramos esta ecografía. Conocer su existencia nos permitirá planear la mejor estrategia para el nacimiento.

IDENTIFICAR A LAS PACIENTES CON ALTO RIESGO DE PROBLEMAS PLACENTARIOS TARDÍOS
En la mayoría de las embarazadas no hace falta hacer más ecografías después de las 32 semanas. Sin embargo, 1 de cada 20 mujeres experimentará disfunción placentaria tardía que puede manifestarse como preeclampsia o disminución del crecimiento fetal en el tercer trimestre tardío. La medición del flujo en las arterias uterinas nos permite identificar a la mayor parte de estas pacientes y ofrecerles una ecografía adicional a las 36 semanas.